lunes, 18 de abril de 2011

En las alturas





Antes de que se ilusionen no… no me subí a ningún avión, ni me aventé de paracaídas, ni viajé en globo aerostático, ni me aventé del ropero… 

Estaba en el IMSS esperando consulta, para colmo yo era lo que se conoce como consulta espontánea, lo que significa que llegas sin tener una consulta registrada, de esas que necesitas apartar 3 meses antes (sí, réstenle mi parte de exageración), pero no la tienes y te aventuras a que el médico te reciba en un espacio de algún paciente que no fue o al final de todos los pacientes de su horario… por cierto no deberían llamarse espontáneas sino “Consultas imposibles”...

Pero ya estaba ahí y además iba bien preparada con agua, por aquello de los calores y la deshidratación, un libro de 400 páginas, lápiz y papel… y tenía la tarde libre de compromisos (o lo que es lo mismo, la situación a arreglar en el IMSS apremiaba =/)…

Abrí mi libro y buscaba el separador cuando algo llamó mi atención fuertemente…  unas altas zapatillas, en realidad las he visto más altas, digamos dentro de las altas pero tamaño decente, casi principiante (principiante de las alturas)… eran color negro, no feas (ni particularmente hermosas)…mmmm favor de no pensar en fetichismos que no convertiré (al menos hoy) esto en una columna sexual… seguí pues las zapatillas por mera curiosidad ¿porque se movían muy extrañamente y yo me preguntaba por qué si no sabe caminar con tacones se los pone?... su caminar me generaba una mezcla de risa, dolor y pena… No sé si la mujer estaba exhausta, las zapatillas eran nuevas y le lastimaban, eran prestadas y no le quedaban bien, el piso estaba resbaloso o todas las anteriores, o si de verdad no estaba acostumbrada a usar tacones.

Volví la mirada a mi libro y decidí dejar a esa mujer, de la que sólo hasta ahora conocía sus zapatos y su forma de caminar con ellos…

Pasaron algunos minutos y mi vista topó de nuevo con los zapatos porque estaban muy cerca de mí, en mi campo visual y estacionados frente a mi libro… “Hola” me dijo… y yo tragué saliva pensando en que podía ser psíquica o algo parecido y haber interceptado mis pensamientos sobre sus zapatillas y su andar… subí la mirada… y me encontré con la cara de una conocida y vecina de la infancia, esta vez además de venir acompañada de sus zapatos traía a un bebé en brazos y a una niña de la mano… saludé rápida y cordialmente mientras respiraba aliviada que no viniera a reclamarme. “Son tuyos” le dije… yo me refería a los zapatos, pero ella pensó que a los niños jajajajaja “Sí, ¿y tú cuántos tienes?” Ouch me pregunté si se estaba vengando de haber sido mi comidilla minutos antes… en realidad su venganza me llegó después =/

Si bien no utilizo zapatillas de aguja ni plataformas altas, esta semana mis pies me pidieron dejar las sandalias y usar un poco más de tacón… sí, leyeron bien… mis pies me lo pidieron… y no me detendré a contar como lo hicieron jajajaja =/… el caso es que me puse taconcito pequeño para complacerlos…

Y entendí el contoneo suave de las mujeres, ese que pensé me estaba negado… aunque lo entendí no de muy buena manera… ahí iba yo caminando ida y vuelta a dejar documentos a una oficina que me queda a 3 cuadras de la mía, pasando por calles de terracería, piedras, polvo, agujeros, superficies irregulares, escalones y bajadas pronunciadas… sí, mi caminar era lento, suave y cadencioso, pero era por evitar resbalones, caídas y torceduras! =/ Entonces recordé a la chica en el IMSS y le formulé mentalmente mis disculpas, recordé a su vez a un par de mujeres que caminan deliciosamente con zapatillas y les envié mis respetos, traté de ubicar si había visto a alguien con zapatillas altas correr y no recordé a nadie, pero anoté mentalmente que cuando llegara a preséncialo y esa mujer no pierde el equilibrio al correr, iré a expresarle mi admiración =)…

Regresando a mis pies… 2 ampollas y 1 peladita acompañan hoy mi andar… y me recuerdan no volver a ceder a las caprichosas peticiones de mi cuerpo. Ahora sé bien que, al menos para ir a trabajar sigue resultando más práctico y seguro el calzado bajito, probablemente puedo emplear zapatos con tacón en otras ocasiones (y hasta practicar carreras dentro de casa con ellos jajajaja) y mejor aún, creo que puedo incorporar el andar cadencioso sin necesidad de usarlos siempre =)…

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