lunes, 25 de abril de 2011

Santos cumpleaños


Hasta donde recuerdo (o lo que es lo mismo no hagan mucho caso de lo que diré a continuación) ésta no es la única vez que mi cumpleaños cae en Semana Santa y espero que no sea la última, claro porque creo que mi apego a este mundo me alcanza para varias décadas… el caso es que me debatía en decidir qué tan “santo” tenía que ser mi cumpleaños por caer en Jueves Santo.

Cabe señalar que un par de meses antes había afirmado a amigos y conocidos que mi cumpleaños caería en Viernes Santo, no por querer retrasar mi envejecimiento, ni querer cambiar mi amado 21, sino porque el calendario a veces se me mueve en caprichosas formas al compás de mi dispersión.

Ningún plan tenía para la celebración del aniversario 36 de mi nacimiento… y mi intención de seguir cumpliendo 35 fue amenazada y mal vista por todos; así que me resigné al aumento en la edad y, lo digo con orgullo, a seguir causando sorpresa cada que lo digo.

Lo único más o menos seguro era que mi familia me comprara un pastel para celebrar de forma íntima y cálida como acostumbramos hacerlo para todos los miembros =).

Cerca de las 7 a.m. abrí los ojos motivada por mi despertador =/, el del celular y el “familiar”… mi primer pensamiento fue para mi jefe y no fue bello… no me dio el día y eso me obligaba a trabajar, aún contra mis ganas y contra las indicaciones de mis compañeros para que me tomara el día, a lo que hoy me pregunto si les caigo tan bien que querían regalarme el día, si se sienten jefes y quisieron demostrármelo otorgando permisos, o si les caigo tan mal que darme el día en realidad les proporcionaba la paz anhelada de no tener mi presencia en la misma oficina jajajajaja.

Cerré los ojos y los abrí casi inmediatamente, no convenía aplazar la agonía… voltee a mi lado derecho y mi hermosa sobrina abría sus ojitos con menos flojera que yo… eso me apenó pero me dio la fantástica idea de contagiarme de su energía… “Buen día hermosa!, Hoy es cumpleaños de tu tía =) por qué no le das un abrazo grandototote” (menos mal no me preguntó de qué tía, esa niña salió lista y no despistada como yo) sonrió y se abalanzó sobre mí cubriéndome con sus pequeños brazos y apretando tan fuerte como podía. Su boquita quedó cerca de mi oreja y le escuché nítidamente decirme: “Tía, feliz cumpleaños!!!!!!, que cumplas muchos, muchos, muchos, muchos años más. Te quiero mucho!!!!”. Su frase se escuchó tan honesta y tan deseada que por un momento me imaginé como Matusalén (sin la conversión a años reales)… sonreí… ¿Cómo no llenarse de energía con un abrazo y un deseo así?.

Me bañé y me perfumé, si había abrazos tenían que irse con buena impresión los “abrazantes” (lo cual no quiere decir que los demás días no me bañe y me perfume ehhh!!!)… sonaron de fondo “las mañanitas”, ejecutadas por el mejor mariachi del estéreo de Mamá… práctica que ejecuta ella con cada ser querido que cumple años… mi sobrina ya levantada se acercó y me abrazó al tiempo que me hacía la petición para bailar esa pieza (sí, las mañanitas! =/) en un estilo vals sui géneris… y como suelo seguir sus locuras accedí… estábamos en plena ejecución cuando mi madre dijo: “yo voy, yo también” y sí, ahí estaba yo bailando como no lo hice en mis XV precisamente por ahorrarme la disfrazada de muñequita de pastel y la coreografía que se volvería un desastre que seguramente terminaría en el suelo con 1,2,3 o el six completo de chambelanes =/.

Terminado el vals (agradecí primero que no llegara mi Papá, hermano y los vecinos a unirse claro jajajaja) aparecieron los primeros regalos, cabe señalar que mi hermosa sobrina se les había adelantado a todos dándome antes una hermosa pintura de su creación con un enorme corazón rojo adornado por un moño y con un abrazo al entregármelo que me hizo llorar de la emoción =) mi hermano me dio 1 bella bolsa negra (en la que sí cabe 1 libro afortunadamente) y me entregaron 1 paquete que había llegado días antes pero que como creyeron era un regalo decidieron guardarme para entregarme ese día… menos mal si era un regalo y no un asunto urgente o un requerimiento de Hacienda o estas líneas serían escritas detrás de los barrotes =/. El regalo hermoso de una de mis mejores amigas! DVDs y 1 certificado de regalo de la librería Gandhi (que aún me tiene en la locura tratando de decidir entre una lista enorme de libros jojojo)… siguieron los abrazos hermosos de mi mami, mi papi, mi hermano y mi sobrina que fueron los que enmarcaron el bello inicio de mi día.

La llegada y la estancia en la oficina la resumiré en pocas palabras: no hubo trabajo y me la pasé recibiendo, leyendo, escuchando y contestando felicitaciones. Inmensamente apapachada, así me sentí.

De regreso a casa ayudé un poco con la preparación y compras para la reunión en mi honor y llegado el momento disfruté de la cálida presencia y el cariño a manos llenas que me brindaron l@s asistentes, familia sanguínea y elegida; íntimo, pequeño pero con sabor a GIGANTE, lo cual fue mi mayor y principal regalo.

Dato curioso: terminé el día con bellísimos obsequios de todo tipo, pero entre ellos dos que resultan curiosos por parecidos y que me regalaron mis hermosas hermanas: dos pijamas rosas, ellas siguen peleando por cual tiene el mejor diseño, a mí me encantaron los dos. Y cuando alguien cuestionó el porqué de las pijamas una de ellas dijo tajante y con total seguridad: “¡A Erika le encantan las pijamas!”… y es verdad… me conocen bien y saben que hay 5 cosas que nunca me parecen demasiadas: libros, bolsas, lapiceros, pijamas y ángeles =).

Yo no sé si mucha gente sea felicitada y festejada tan intensamente, no sé si sean felicitados por más gente que a mí, lo que sí sé es que la gente que me felicitó es la mejor gente del mundo! Y me siento enormemente afortunada de tenerlos en mi vida.

¡¡¡¡¡¡ GRACIAS, INFINITAS GRACIAS A TOD@S, ME LA PASÉ GENIAL!!!!!!







lunes, 18 de abril de 2011

En las alturas





Antes de que se ilusionen no… no me subí a ningún avión, ni me aventé de paracaídas, ni viajé en globo aerostático, ni me aventé del ropero… 

Estaba en el IMSS esperando consulta, para colmo yo era lo que se conoce como consulta espontánea, lo que significa que llegas sin tener una consulta registrada, de esas que necesitas apartar 3 meses antes (sí, réstenle mi parte de exageración), pero no la tienes y te aventuras a que el médico te reciba en un espacio de algún paciente que no fue o al final de todos los pacientes de su horario… por cierto no deberían llamarse espontáneas sino “Consultas imposibles”...

Pero ya estaba ahí y además iba bien preparada con agua, por aquello de los calores y la deshidratación, un libro de 400 páginas, lápiz y papel… y tenía la tarde libre de compromisos (o lo que es lo mismo, la situación a arreglar en el IMSS apremiaba =/)…

Abrí mi libro y buscaba el separador cuando algo llamó mi atención fuertemente…  unas altas zapatillas, en realidad las he visto más altas, digamos dentro de las altas pero tamaño decente, casi principiante (principiante de las alturas)… eran color negro, no feas (ni particularmente hermosas)…mmmm favor de no pensar en fetichismos que no convertiré (al menos hoy) esto en una columna sexual… seguí pues las zapatillas por mera curiosidad ¿porque se movían muy extrañamente y yo me preguntaba por qué si no sabe caminar con tacones se los pone?... su caminar me generaba una mezcla de risa, dolor y pena… No sé si la mujer estaba exhausta, las zapatillas eran nuevas y le lastimaban, eran prestadas y no le quedaban bien, el piso estaba resbaloso o todas las anteriores, o si de verdad no estaba acostumbrada a usar tacones.

Volví la mirada a mi libro y decidí dejar a esa mujer, de la que sólo hasta ahora conocía sus zapatos y su forma de caminar con ellos…

Pasaron algunos minutos y mi vista topó de nuevo con los zapatos porque estaban muy cerca de mí, en mi campo visual y estacionados frente a mi libro… “Hola” me dijo… y yo tragué saliva pensando en que podía ser psíquica o algo parecido y haber interceptado mis pensamientos sobre sus zapatillas y su andar… subí la mirada… y me encontré con la cara de una conocida y vecina de la infancia, esta vez además de venir acompañada de sus zapatos traía a un bebé en brazos y a una niña de la mano… saludé rápida y cordialmente mientras respiraba aliviada que no viniera a reclamarme. “Son tuyos” le dije… yo me refería a los zapatos, pero ella pensó que a los niños jajajajaja “Sí, ¿y tú cuántos tienes?” Ouch me pregunté si se estaba vengando de haber sido mi comidilla minutos antes… en realidad su venganza me llegó después =/

Si bien no utilizo zapatillas de aguja ni plataformas altas, esta semana mis pies me pidieron dejar las sandalias y usar un poco más de tacón… sí, leyeron bien… mis pies me lo pidieron… y no me detendré a contar como lo hicieron jajajaja =/… el caso es que me puse taconcito pequeño para complacerlos…

Y entendí el contoneo suave de las mujeres, ese que pensé me estaba negado… aunque lo entendí no de muy buena manera… ahí iba yo caminando ida y vuelta a dejar documentos a una oficina que me queda a 3 cuadras de la mía, pasando por calles de terracería, piedras, polvo, agujeros, superficies irregulares, escalones y bajadas pronunciadas… sí, mi caminar era lento, suave y cadencioso, pero era por evitar resbalones, caídas y torceduras! =/ Entonces recordé a la chica en el IMSS y le formulé mentalmente mis disculpas, recordé a su vez a un par de mujeres que caminan deliciosamente con zapatillas y les envié mis respetos, traté de ubicar si había visto a alguien con zapatillas altas correr y no recordé a nadie, pero anoté mentalmente que cuando llegara a preséncialo y esa mujer no pierde el equilibrio al correr, iré a expresarle mi admiración =)…

Regresando a mis pies… 2 ampollas y 1 peladita acompañan hoy mi andar… y me recuerdan no volver a ceder a las caprichosas peticiones de mi cuerpo. Ahora sé bien que, al menos para ir a trabajar sigue resultando más práctico y seguro el calzado bajito, probablemente puedo emplear zapatos con tacón en otras ocasiones (y hasta practicar carreras dentro de casa con ellos jajajaja) y mejor aún, creo que puedo incorporar el andar cadencioso sin necesidad de usarlos siempre =)…